SE BUSCA

"LA FELICIDAD"

 

Una obra en tres actos

 

 

Lugar

 

Un pueblo en Colombia

 

 

Lista de Caracteres

 

Doña Vitalia..................Mamá de Rubiela, Alirio y Luciano

Rubiela........................Directora del colegio

Alirio.......................Papá de Vita, cobrador

Luciano..................Papá de Lucio, agricultor

Doña Necesidad.........................Mamá de Leo, Cleo y Teo

Leo.......................El que atormenta a Rubiela

Cleo.......................La que atormenta a Luciano

Teo.................................La que atormenta a Alirio

Vita.................................Hija de Alirio, estudiante

Lucio.............................Hijo de Luciano, estudiante

Maria......................................Estudiante

Jose.......................................Estudiante

 

 

 

 

 

SE BUSCA

"LA FELICIDAD"

 

 

ACTO I

 

Primera Escena

 

La casa de Doña Vitalia

 

Estan reunidos RUBIELA, LUCIANO y ALIRIO, los tres hijos de Doña Vitalia, delante del ataúd de su mamá. Hay una foto de ella encima.


RUBIELA:
(Llorando) Ay, mamá. ¿Porque nos has dejado solos?

LUCIANO: Rubiela, ella esta con nosotros, siempre estará con nosotros.

ALIRIO: Pero, Luciano, como nos cuidaba! De veras nos va a hacer tanta falta.

LUCIANO: Tienes razón , hermano. Madre solo hay una. Pero nos ha dejado sus muy buenos consejos.

ALIRIO: Y al final dijo de nuevo lo que siempre nos ha dicho: que debemos estar unidos, porque allí esta la fuerza.

RUBIELA: Yo nunca olvidaré sus ultimas palabras: "Mis queridos hijos, que siempre sean felices".

LUCIANO: Entonces con fuerza y animo, todos tres tenemos que buscar la felicidad en esta vida. Aunque mamá no estará con nosotros en cuerpo, sus benditos consejos nos guiarán.

ALIRIO: Después del entierro debemos seguir como una familia unida y en honor de mamá, echaremos de la casa cualquier rasgo de tristeza. De acuerdo?

RUBIELA: Yo no sé como puedo estar feliz sin ella.

ALIRIO: Mamá siempre ha dicho. "El que llora hoy, si sufre con paciencia, puede cantar mañana".

LUCIANO: Oye, parece que ya llegó el carro. Debemos alistarnos. (Salen)

 

DOÑA VITALIA sale del ataúd y se sienta en el sofá. Entran LUCIANO, RUBIELA y ALIRIO, llevan el ataúd y salen. DOÑA VITALIA se para y mira hacia sus hijos.

 

DOÑA V: Pobres mis hijos. Están sufriendo. (Mira arriba) Menos mal terminamos la casa. Ya con un segundo piso pueden seguir viviendo aquí y cuando se casen pueden traer sus esposos y la casa se llenará de nietos y qué felicidad para mi. Pobre mi Rubiela. Tan sensible y sentimental. Por eso ella es buena maestra. Tiene mucho cariño por los niños. Y Luciano, siempre el más practico. Siempre pendiente de todo. Por eso es buen agricultor. Menos mal. Así mis hijos nunca van a pasar hambre. Y Alirio, tan apegado a mi. Tan fiel como un perrito y siempre atendiendo mis necesidades. Espero que cuando termine sus estudios encuentre una mujer que lo merezca. Yo sé que mis hijos pueden continuar sus vidas sin mi, pero de todos modos, voy a seguir cuidándoles desde este lado. Bueno, voy al cementerio a ver quien llega al entierro.

 

 

 

Segunda Escena

 

En el cementerio

 

Están juntos y de espalda, LUCIANO, RUBIELA y ALIRIO. Entra DOÑA NECESIDAD con sus tres hijos, TEO, LEO y CLEO)

 

DOÑA N: (A sus tres hijos) Ay, queridos. Ha llegado el día que esperábamos. La vieja Vitalia finalmente se recogió y nos dejo sus tesoros.

CLEO: Yo quiero el jovencito, Mami, déjame el jovencito.

TEO: No, yo lo quiero. Es mío. Yo lo vi primero. (Empiezan a pelear)

DOÑA N: Niñas! Niñas! (Las separa). Yo sé quien necesita a quien. No me llaman Doña Necesidad por nada. Tengo mucha experiencia en estas cuestiones. De mi han nacido todas las vanas imaginaciones e inventos inútiles que tanto nos han divertido. Entonces déjenme repartir los oficios. Cleoplata, tu vas a coger al mayor. El será más susceptible a tus encantos.

CLEO: Ay, Mami. Yo quería el otro.

DOÑA N: Cleo! Hazme el favor! Teodora, tu vas a coger al jovencito. Es una presa fácil para ti.

TEO: (Saca la lengua a CLEO) Na, na, na, na, na.

DOÑA N: Leonidis, por supuesto tu vas a enbolatar a la chica. No creo que tengas ningún problema.

 

(Entra DOÑA VITALIA, mirando con asombro a DOÑA NECESIDAD, LEO, TEO, y CLEO.)

 

DOÑA V: Yo los conozco a Uds., pero que hacen aquí en mi entierro. Nunca fueron amigos míos. Jamas!

DOÑA N: Mira quien llegó. Doña Vitalia. Estamos aquí dándole pésame. Qué hijos tan buenos tiene. Pobrecitos.

DOÑA V: No se vayan a acercar a mis hijos. Ellos no tenían ningún espacio para Uds. ni antes y mucho menos ahora.

DOÑA N: Ay, Doña Vita, como es este dicho tuyo? Una cosa piensa el burro y otra el que lo está montando.

DOÑA V: Ud. piensa que la muerte mía le va a dar licencia para cometer sus fechorías , pero mi influencia es fuerte y ninguno de mis hijos es un caído de zarzo. Así que, lárguese, Doña Necia.

DOÑA N: Doña Necesidad para Ud. Vamos a ver hasta donde rige la influencia de mamá. Todo lo bueno se acaba. Es solo cuestión de tiempo. Vamos hijos, tenemos mucho oficio por delante. (Salen, cada uno haciendo mueca a DOÑA VITALIA.)

DOÑA V: Mis hijos están en peligro. Menos mal que estoy aquí para protegerlos de esa gorda inútil. Es experta en crear necesidades y sus tres hijos son peores. Tienen por allí una bodega llena de vanas imaginaciones y ociosas fantasías que reparten como si fueran confites. Al principio parecen dulces, pero después llenan la vida de amargura. Lo peor es que no se ven por lo que son. Pues no se ven de ninguna manera. Tengo que estar muy alerta para que no se metan con mi familia.

 

(LUCIANO, RUBIELA y ALIRIO se voltean y caminan hacia DOÑA VITALIA. Tienen en las manos una corona que dice "Descansa en paz - Mamá")

 

LEONIDIS: Adiós, Mamá, que descanses en paz eterna.

 

(Los tres colocan la corona a los pies de DOÑA VITALIA)

 

 

 

Tercera Escena

 

En el camino, en la escuela y en el cultivo.

 

Entra ALIRIO en bicicleta, con sus libros de colegio. Detrás de él viene TEO)

 

ALIRIO: (Mira su reloj) Todavía tengo tiempo para visitar a mi novia antes de llegar a la casa. Ella es tan buena y tan noble. Creo que es alguien que Mamá hubiera escogido para mi. No puedo imaginarme con otra persona.

TEO: Pero allí a la vuelta vive la nueva chica del colegio. Peliroja y más bonita.

ALIRIO: (Empieza a pegar el aire, como si estuviera espantando una avispa) Tal vez debo llevarle un regalo.

TEO: También está esa chica que todos dicen que es fácil. No vive muy lejos de aquí.

ALIRIO: (Pega el aire con más fuerza) Pero a esta hora todas las tiendas están cerradas.

TEO: Y si estas pensando en casarte, pues como? No tienes ningún experiencia. Allí está la hermana mayor de tu mejor amigo. Ella sí te podría enseñar unos trucos, no?

ALIRIO: (Pegando el aire) ¿Qué es lo que me está molestando? Debe ser una avispa. Debe haber unas flores cerca. Esto es lo que puedo llevar a mi novia. Voy a buscarlas. (Espantando la avispa se quita su sombrero y pega a TEO en la cabeza. Sale en bicicleta)

TEO: No, no, no idiota! No entiende nada. Y Mamá dijo que iba ser fácil. (Sale)

 

(Entra RUBIELA, empieza a escribir en el tablero. Luego entra LEO)

 

RUBIELA: Tengo que preparar bien esta lección para mis queridos alumnos. Son tan inteligentes y listos para aprender. Cada uno tiene algo especial. María canta bien, José tan artístico, Elisa tan generosa, y Mario es un matemático.

LEO: Esta escuela tan retirada, tan pequeña. Cómo caben tantos niños! Sus padres te están pagando una miseria. Cuántos años tienes que esperar para que sean grandes y puedan darte las gracias. Diez? Veinte? En este entonces vas a ser vieja y olvidada.

RUBIELA: (Empieza a toser) Parece que entró mucho polvo hoy. Ojalá que no afecte a los niños. (Sacude el aire con un trapo, pega a LEO en la cara).

LEO: Eh! No sabes que si sigues con esto, vas a terminar con nada. Tu tienes carisma, puedes ganarte a la gente. Puedes ir lejos. No te gustaría tener más influencia, más respeto de los demás?

RUBIELA: (Tosiendo fuertemente) Que raro. Debe ser algo en el aire. Ojalá no sea un virus. Debo abrir la puerta y barrer la sala. (Coge la escoba y barre el piso, sacando LEO de la sala)

LEO: Escúchame, no tienes ambición? Deja estos mocosos y búscate una posición, Bruta! (Salen los dos).

 

(Entra LUCIANO arando la tierra, CLEO sigue atrás)

 

LUCIANO: Casi termino con esta parcela. Pronto voy a tener mi cosecha de melón. A mi hijo Lucio le gusta mucho el melon. A mis hermanos tambien. Ojalá llueva pronto.

CLEO: Y cuánto te vas a ganar con tus melones? Una miseria, verdad? Tanto trabajo bajo el sol caliente para qué?

LUCIANO: (Empieza a rascarse). En la próxima temporada voy a sembrar tomate y frijol. Dicen que es bueno para el suelo rotar las cosechas.

CLEO: Sería bueno rotar tu cabeza. Por allá están ganando tres veces lo que tú ganas y con mínimo esfuerzo. Deje este oficio y métete en algo que produzca, como el comercio. Cada vez hay más productos, cada ves más caros y la gente gasta en estas cosas, no en comida.

LUCIANO: (Rascándose fuertemente) Ve, algo me está picando. Deben ser hormigas. Menos mal traje Aldrin. (Tira Aldrin en la cara de CLEO).

CLEO: Ay! Vengo a hacerle rico y me quiere matar! Es verdad lo que dicen. Todo es duro para el campesino. (LUCIANO empieza a arar a los pies de CLEO, haciéndole brincar. Ambos salen).

 

 

 

Cuarta Escena

 

Rancho Flojo

 

En tres hamacas están acostadas CLEO, LEO y TEO. DOÑA NECESIDAD está sentada en un sofá, comiendo bombones)

 

DOÑA N: Hijos, qué están haciendo?

CLEO: Nada Mami, aquí descansando.

DOÑA N: Y ya terminaron sus tareas?

CLEO: Mami, dijiste que iba a ser fácil. Pasé todo el día en el monte en una parcela de melón y no pude hacer nada.

TEO: Yo tampoco. El jovencito tiene el corazón blandito, pero qué cabeza tan dura. No le entró nada.

LEO: Y la profesora - cómo voy a trabajar con ella? No tiene ni un pensamiento para sí misma. Sólo piensa en la educación de estos pelados. Qué sabihonda!

DOÑA N: Bueno, parece que necesitan mi ayuda. No sé qué pasa con la juventud. Cuando yo era joven, la gente era tan receptiva, o sea, tan susceptible. Qué maravillas de necesidades planté en los corazones y mentes. Mi obra maestra fue un muro tan grande y tan largo que, cuando los astronautas fueron al espacio, fue la única construcción que pudieron ver desde la tierra. Y duró mucho tiempo dividiendo la gente. Pero claro, intervino el Concurso en lo Alto y ahora el muro solo sirve de atracción turistica. Después intenté otro muro un poco más acá y ese también dividió la gente por un buen rato. Hubiera seguido, pero ajá, otra intervención del Concurso en lo Alto y de una vez empezaron a desbaratar mi muro. De lo poquito que me quedó, hicieron un monumento a la paz. Que chasco. Pero, bueno, con el Concurso en lo Alto no se puede discutir. A ver, cómo voy a ayudar a mis hijos? Hijos? (Sacude las hamacas. Los tres hijos se caen al suelo) Yo hablando y Uds. durmiendo!

CLEO: Ay, Mami. Ya podemos hacer otra cosa más divertida?

DOÑA N: No! Por mucho tiempo he tratado de ganarle a la vieja Vitalia. Ella con su derechura y su rectitud, siempre despegada como si no necesitara nada. Yo siempre he terminado lo que he empezado. Aunque Vitalia escapó de mis manos, sus hijos no lo harán. Déjenme pensar.

LEO: Eso puede demorar. Mami, has terminado los bombones?

 

(LEO agarra la caja de bombones. CLEO y TEO siguen detrás. Empiezan a pelear)

 

TEO: Mami, no me dejaron ninguno!

DOÑA N: Niños! Por favor! Leo, Cleo, Teo! Cómo puedo pensar con todo ese desorden? A ver. (A CLEO) Melones necesitan agua. Puedo alejar la lluvia un poco hasta que se marchiten todos y el campesino verá si escucha a tus consejos o no.

CLEO: Así será más fácil, Mami.

LEO: Y yo, Mami qué vas a hacer por mí?

DOÑA N: (A LEO) Esa profesora tiene una reunión de padres de familia el sábado en la noche . Puedo crear la necesidad de tener una rumba en el parque esa misma noche. No asistirá ni una sola alma. Tu serás el único asistente y creo que esta vez te hará más caso.

LEO: Si, Mami, buena estrategia.

TEO: Y cómo me vas a ayudar a mi, Mami?

DOÑA N: No sé todavía, pero ese chico se va a casar pronto. Después del matrimonio las ociosas fantasías siempre entran más fácil. Tu verás. (Abraza sus hijos) Pronto la familia de la vieja Vitalia será otro trofeo para nosotros!

 

 

 

Quinta Escena

 

Casa de Doña Vitalia.

 

Están reunidos LUCIANO, RUBIELA y ALIRIO. DOÑA VITALIA está sentada en las escaleras. Hay un pastel de matrimonio en una mesa)

 

RUBIELA: Qué matrimonio tan lindo. Lástima que Mamá no está aquí para verlo.

ALIRIO: Pero yo sentía la presencia de ella. Todavía la siento.

LUCLIANO: (Comiendo pastel) Es posible, Pero hermano, lo que vas a sentir ahorita es la presencia de otra mujer. La que te esta esperando arriba. Hombre, te veo un poco nervioso.

ALIRIO: Nervioso yo? No. (Se sonríe) Bueno, si.

LUCIANO: No hay de qué. Acuérdate los consejos que te di. Todo va a salir bien. Vaya, te está esperando. (ALIRIO sale lentamente. RUBIELA y LUCIANO, riendose).

RUBIELA: Ay qué bueno. Alirio consiguió la pareja perfecta. Como dijo Mamá, "matrimonio y mortaja del cielo baja."

LUCIANO: Y tu, cuándo vas a conseguir tu pareja perfecta?

RUBIELA: Tu sabes que a los hombres no les gusta que la mujer trabaje y eso es lo que quiero hacer, dedicarme al trabajo. Además, voy a tomar un curso en administración. Creo que el colegio necesita un mejor manejo. Los padres de familia no lo apoyan mucho. Tengo unas ideas pero necesito estudiar más. Así que no tengo tiempo para romances. Y tú? Cómo va la cosecha?

LUCIANO: Mal. Sabes que por falta de agua perdí todo el melón. No me dejó nada para comprar semillas y abono. Bueno, como dijo Mamá, "Al mal tiempo buena cara." Pero mi familia tiene que comer. Creo que voy a tener que buscar otro oficio por ahora. Estoy pensando en el comercio. Hay un distribuidor que me va a fiar unos artículos y una carretilla y así puedo empezar a ganar.

RUBIELA: Bueno, me va a hacer falta el melón, pero si así salió, toca conformarse con lo que viene. Creo que Alirio ya consiguió el trabajo como mensajero. No paga muy bien, pero los dos pueden vivir aquí con nosotros.

LUCIANO: El me dijo que va a buscar casa propia. Quiere empezar su familia de una vez y creo que es lo que esta haciendo ahora mismo.

RUBIELA: (Se ríe) Bueno, lo cierto es que debemos seguir ayudándonos los unos a los otros. Mientras estemos unidos y felices, estaremos cumpliendo los deseos de Mamá.

DOÑA V: Todos los planes que tenía para mis hijos están cambiando. Es bueno que Alirio se haya casado, es bueno que Rubiela vaya a estudiar, y bueno que Luciano tenga un ingreso fijo, todo parece bien, pero al mismo tiempo algo me parece mal. Si no me equivoco, las vanas imaginaciones se están metiéndo en las cabezas de mis hijos. Y ahora no logro comunicarme con ellos. Con qué sutileza trabaja esa Necesidad! Y sus hijos, qué tramposos son! Ahora cómo voy a advertir a mis hijos? Por qué no les advertí cuando estaba con vida? Por qué? Descanse en paz eterna. Ja! Cuándo? Otra vana imaginación. Yo no voy a descansar ni un minuto.

 

 

 

ACTO II

 

Primer Escena

 

En el camino al colegio.

 

Entra ALIRIO y su hija, VITA en una bicicleta.

 

VITA: Papi, hasta aquí no más. Qué dirán si ven que mi papá me está llevando al colegio. Yo ya tengo catorce años.

ALIRIO: Bueno, Vita. Pero parece que naciste ayer. Imaginate, este es tu primer día en el bachillerato.

VITA: Ay, Papi, tan sentimental. Chao. Nos vemos en la tarde. (Sale)

ALIRIO: Chao gordita. (A si mismo) Ay Vita. Se parece tanto a Mamá. Es mi tesoro. (Sale)

 

(Entra LUCIANO con una carretilla llena de electro domésticos y su hijo LUCIO, caminando)

 

LUCIO: Bien, Papá. Nos veremos esta tarde. Hasta luego. (Sale)

LUCIANO: Hasta luego, hijo. (A si mismo) Este muchacho se parece a mi. Ya casi termina bachillerato y está ganando premios en matemática. Va a ser buen negociante, como yo. Mamá se hubiera sentido muy orgullosa de él. (Sale)

 

(Entran LUCIO, VITA, JOSE y MARIA. Se encuentran en el camino)

 

LUCIO: Hola, prima. Ya estás en bachillerato, eh? Ya estas grande.

VITA: Hola, Lucio. Si, hoy es el primer día. Sería muy difícil?

LUCIO: Para ti, no. Tu eres muy inteligente. Cualquier problema, tu vienes a mi, oíste? Yo te ayudo. Mira, allí viene Maria y Jose. Son amigos míos. Te presento.

JOSE: Que tal, Lucio, Como pasaste las vacaciones? Casi nunca nos encontramos.

LUCIO: Casi todo el tiempo estaba ayudando a mi papá con el negocio. Hicimos buena plata. Hola, Maria. Como has pasado?

MARIA: Bien, Lucio. Y quién es ella?

LUCIO: Esta es mi prima, Vita

MARIA: (A VITA) Mucho gusto.

JOSE: ( A VITA) Qué tal?

MARIA: Es tu primer día, cierto? Y ese fue tu papa en la bicicleta?

VITA: Si, qué pena. Está muy apegado a mí.

MARIA: Ojalá mi papa estuviera tan pendiente de mi. Parece que el papá de Lucio también lo lleva al colegio.

LUCIO: (Se ríe) Si, también está muy pendiente de mi. Y Jose qué hiciste en vacaciones?

JOSE: No mucho, mis papás viajaron y yo quedé cuidando la casa.

MARIA: Ya casi son las ocho. Vamos. No queremos llegar tarde el primer día. La directora Rubiela está pendiente de todo.

JOSE: Si. (A VITA) El año pasado todos teníamos que llegar y salir a la misma hora. Ella revisaba el uniforme, las tareas, lo que comíamos en recreo. Cuando veía que alguien estaba dormido o triste, iba a su casa para hablar con los papás. Se preocupa por todos. Ella es como una segunda mamá.

LUCIO: Bueno, para nosotros ella es tía. La tía Rubiela sí está dedicada al colegio.

MARIA: Uds. son afortunados. Tienen una familia chévere. Vamos. Ya es hora.

 

 

 

Segunda Escena

 

Rancho Flojo

 

CLEO, LEO y TEO están en tres hamacas

 

CLEO: Y si supieras lo que pasó después. Ellos no quisieron hablar más y entonces buscaron abogados y cada uno por su lado, gastaron plata! (Se ríe)

TEO: Fíjense en esto. En el grupo solidario empezaron a dudar el uno del otro. Cada uno acusaba al otro de despilfarro de los fondos y entonces repartieron todo lo que habían invertido y se acabó todo el proyecto (Se ríe).

LEO: Y se dieron cuenta de lo que pasó con la que se imaginaba una reina de belleza? Qué chiste! Gastó un poco de sus ahorros en arreglarse su nariz y cómo quedó? En el penúltimo puesto! (Se ríe)

 

(Entra DOÑA NECESIDAD)

 

DOÑA: Buenas noches mis queridos. Qué obras han realizado hoy?

CLEO: Hemos hecho mucho, Mami. Apenas estuvimos recontando nuestras victorias.

DOÑA N: Estoy orgullosa de Uds. Y qué de la familia de Vitalia? Hay algún progreso?

LEO: Ay, Mami. Dejemos este proyecto. La vieja Vitalia no deja de vigilar sus queridos hijitos. Qué podemos hacer nosotros?

DOÑA N: Pero qué puede hacer ella? Desde este lado no puede comunicarse más con ellos? Que les pasa?

TEO: No está comunicandose con ellos. Está molestando a nosotros.

DOÑA N: Como así?

CLEO: Cada vez que visito al comerciante ella esta allí, haciendo tanta interferencia atmosférica que mis ideas no llegan. Apenas pude convencerle vender la parcela para comprar una carretilla más grande. Vendió televisores a color a todo el mundo, luego V.H.s , luego C.D.s. A todo el mundo le sacó dinero de donde no tenía. ¿Pero, después qué? Traté de decirle que el negocio no tiene futuro, que para realmente desangrar al pueblo se necesita un producto de primera necesidad, pero no me escucha.

DOÑA N; Ay, Cleoplata. Siempre pensando en grande. A través de los años has aprendido muy bien de mi. Déjame pensar cómo te puedo ayudar.

TEO: Lo mismo me ha pasado a mi. Cada vez que he tratado de meter una fantasía bien buena a este señor, allí esta la mamá. Ayer ella estuvo calentando una olla de agua y me dijo que si me acercaba un paso más a su hijo, me la iba a echar encima. Ese chico va y viene en su bicicleta y no mira a nadie, ni siquiera a la pelirroja. Y ahora que su hija es tan parecida a la mamá, peor todavía.

DOÑA N: Que pasa con esta vieja? Casi todos los que se mueren van a su descanso eterno sin problemas. Pero la vieja Vitalia, no. Tiene que seguir haciendonos la vida difícil.

LEO: Imaginate, Mami. Yo logré que la profesora tomara el curso y aceptara el puesto de directora del colegio. Pero cada vez que trato de infundirle más ambiciones, allí esta la mamá como un tigre. La vez pasada me dijo que si abría la boca, me iba a cortar la lengua con una tijera.

DOÑA N: Y Uds. tienen miedo a esta vieja? Ella no puede hacerles nada.

CLEO: Pero, Mami. Ella sí hace bulla. No nos deja trabajar. Hemos intentado todo: alusiones, ilusiones, ambiciones, sueños de día, sueños de noche, insinuaciones, murmuraciones y todos los demás encantos y nada!

DOÑA N: (Camina arriba y abajo) Déjame pensar. Hmmmmmmmm. Bueno, tengo un plan. Leonidis, de ahora en adelante no vas a tener ningún problema con la directora. Cualquier directora de colegio siempre está susceptible a influencias políticas. Yo fácilmente puedo crear una necesidad allá. Si no se mete en el partido, pues - fuera!

LEO: Excelente, Mami!

DOÑA N: En cuanto al problema tuyo, Teodora, está solucionado. Me parece que el perrito fiel tiene un puesto con la electrificadora. Es cobrador, no es cierto? Bueno. Puedo crear la necesidad de un cambio de ruta.

TEO: Pero cómo?

DOÑA N: Ahora pasará todos los días por la casa de la peliroja. Todavía en la electrificadora no saben muy bien arreglar las computadoras. Voy a crear un déficit y la peliroja va a salir como morosa en el pago todos los meses. Va a tocar visitarle muchas veces el cobrador.

TEO: Muy creativa, Mami!

DOÑA N: En cuanto al caso tuyo, Cleo, este es pan comido. Yo sé que al comerciante le está haciendo falta el mugre bajo sus uñas. Se podrá quitar la tierra al campesino, pero no al campesino de la tierra. Vamos a enviarle una oferta que no puede resistir. Los coqueros siempre están buscando nuevos colaboradores.

CLEO: Así, sí, Mami. Pero qué vas a hacer para que Doña Vitalia no moleste más ?

DOÑA N: En cuanto a la vieja Vitalia. No sería difícil distraerla. Ahora tienen los nietos adolescentes y esta edad es perfecta para crear incontables necesidades. Vitalia no tendrá tiempo para cuidar sus propios hijos. Entonces mis queridos, tendrán nuevas oportunidades de confundir, seducir y corromper la familia de Vitalia. Qué emoción!

 

 

 

Tercer Escena

 

En la casa de Doña Vitalia

 

Están RUBIELA y LUCIO. DOÑA VITALIA está sentada en las escaleras)

 

RUBIELA: (A Lucio) Vas a pasar todo el fin de semana mirando la tele? Por qué no sales a hacer algo?

LUCIO: Hacer que? No hay nada que hacer en este pueblo.

 

(Entra VITA)

 

VITA: Hola Tía. Tengo un mensaje para mi papá. Mi mamá lo necesita en la casa esta tarde.

RUBIELA: Tu papá no está, Vita.

VITA: Cuándo salió?

RUBIELA: El no vino aquí hoy.

VITA: Verdad? Mi mamá pensó que durmió aquí anoche. Dijo que los fines de semana está aquí ayudándoles a arreglar el techo.

RUBIELA: El techo está bien. Que raro. Bueno, aquí les dejo. Tengo reunión en la casa comunal. Voy a presentar al nuevo candidato y no puedo llegar tarde. Chao.

VITA: Y tú, por qué estás aquí? Los domingos no vas siempre a pescar con tu papá?

LUCIO: Ya no. Desde que volvió a la agricultura no tiene tiempo. Siempre está en la cosecha o está andando con unos hombres en una camioneta más bacana. Tiene ocho cilindros, vidrios polarizados, doble cabina, doble tracción, llantas balón. Pero nunca me deja andar con él.

VITA: Qué está cultivando?

LUCIO: No sé. El no me deja ir allá tampoco. Si quieres, vamos a la plaza. De pronto encontramos algo que hacer allá.

VITA: Si, vamos. (Salen)

DOÑA V: Pobres mis nietos. Últimamente han tenido tantos desafíos y tantas influencias de afuera y he estado tan ocupada con ellos que he descuidado mis hijos. Sería posible que mis hijos ya no se preocupan por sus hijos? Parece que la situación está saliendose de mis manos. Todos están en peligro, pero cómo puedo hacerles ver? Por lo menos voy a seguir acompañando a mis nietos. (Sale)

 

 

 

Cuarta Escena

 

En la plaza

 

Están reunidos VITA, LUCIO, MARIA y JOSE)

 

LUCIO: (Chocando la mano) Hola, paisano. En qué andas?

JOSE: Eh, mano. Nada especial. Aquí, pensando en como levantar el billete.

VITA: Necesitas plata? Te presto.

 

(Entra DOÑA VITALIA)

 

JOSE: (Se ríe) Que primita tan generosa. Pero no es para comprar confites en la tienda. Es para comprar otra clase de confites y esto no esta dentro de tu presupuesto, querida.

VITA: Y dónde venden confites tan caros?

JOSE: En el colegio.

LUCIO: Ya se está vendiendo esto en el colegio? Tú lo has probado?

MARIA: Que si qué! El tiene la mitad del colegio probando esto. Ya lo llaman el padrino.

JOSE: Quieres probarlo?

DOÑA V: Santos cielos! No vayas a probar nada! Escúchame!

LUCIO: Claro. Cuánto vale?

JOSE: No sé. Como esto se está volviendo un articulo de primera necesidad, el precio siempre esta subiendo. Yo lo averiguo y después hablamos. (Indica a VITA) Para ella también?

DOÑA V: Como le ocurre! Es una niña!

LUCIO: No, ella es muy joven. Déjala quieta. Pero yo si. Mi papá siempre me da plata. Entonces cuándo?

JOSE: Mañana en el colegio. De pronto podemos trabajar juntos.

LUCIO: Y la directora no sabe lo que estas haciendo?

JOSE: No, ella no es como antes.

LUCIO: Yo sé. Siempre esta en reuniones políticas y no tiene tiempo para estar pendiente de nosotros.

JOSE: Menos mal. Entonces nos vemos mañana (chocan las manos).

MARIA: Chao. (Sale con JOSE)

VITA: Lucio, soy muy joven para qué?

LUCIO: Nada, Vita, nada. (Salen juntos)

DOÑA V: Qué horror! Tengo que avisar a mis hijos, pero cómo? De alguna manera lo haré!

 

 

 

Quinta Escena

 

La casa de Doña Vitalia

 

Están reunidos LUCIANO, RUBIELA y ALIRIO. DOÑA VITALIA está sentada en las escaleras)

 

LUCIANO: Hoy, siendo el quinceavo aniversario del fallecimiento de Mamá, estamos reunidos para conmemorarlo y recordar que... donde esta Vita?

ALIRIO: Ah, mi hija está indispuesta. Su mamá quedó para cuidarla.

RUBIELA: Como asi, indispuesta? Está enferma?

ALIRIO: No, exactamente. Ella está asi a toda hora. También se está poniendo flaca. No sé que le pasa. Tal vez tiene algo que ver con la adolescencia, las hormonas o algo. Y Lucio?

LUCIANO: Ah, mi hijo esta pendiente de un negocio. No puede venir.

RUBIELA: Qué pena no poder asistir a una reunión tan importante.

LUCIANO: No se que será ese negocio, pero le va bien. Como era el dicho de Mamá?, "la peor diligencia es la que no se hace." Ya no recibe plata de mi. Parece que ya es buen comerciante como el papá.

RUBIELA: Si, exactamente como el papá. Y no estoy hablando de melones, ni frijoles, ni tomates.

LUCIANO: A qué te refieres?

RUBIELA: Por allí hay rumores de lo que está haciendo esa pandilla en que anda tu hijo, vendiendo productos tuyos en el colegio.

LUCIANO: Productos míos? De qué hablas?

ALIRIO: Hermano, no nacimos ayer. Todo el pueblo sabe en qué negocio estás metido.

LUCIANO: Yo no tengo nada que ver con la venta. Yo solo cultivo. Otros venden.

RUBIELA: Otros siendo tu hijo. Y donde crees que están vendiendo esto? En Nueva York? No, en el colegio nuestro.

LUCIANO: Cómo va a ser. Quién dijo?

RUBIELA: Todo el resto del pueblo, hermano. Estás tan metido en el monte que ya ni conoces al pueblo ni a tu propio hijo.

LUCIANO: Y como llegó a vender esto en el colegio? Tú no estas encargada de cuidar a los estudiantes para que no suceda esto?

ALIRIO: Ya no tiene tiempo. Está demasiado metida en la política. Ahorita va a renunciar al colegio para ser consejal, cierto?

RUBIELA: Y cuánto tiempo estás dedicando a tu familia, hermano? Ni sabes con quien anda Vita. Yo la vi el otro día andando con la misma gallada de Lucio. Pero tú estás demasiado ocupado con tu peliroja para preocuparte de ella.

ALIRIO : Y yo qué, no tengo derecho de ser feliz? No estábamos todos buscando la felicidad?... Estás diciendo que mi Vita está usando drogas? No puede ser.

LUCIANO: Si está perdiendo peso y está indispuesta a toda hora hay que investigarlo, hermano.

ALIRIO: Tú no digas nada. Tú y tu hijo son los culpables.

RUBIELA: Y tú no tienes nada que ver con esto?

ALIRIO: Y tú, no? Como dijo Mamá, "el que tiene cola de paja que no se acerque al fuego".

LUCIANO: Nadie tiene la culpa.

RUBIELA: Que no!? Como dijo Mamá, "el amor y el interés fueron al campo un día, pudo más el interés que el amor que tenía."

LUCIANO: Y por qué no me han dicho nada hasta ahora? Como dijo Mamá, "lo que esta de moda no incomoda".

DOÑA V: No aguanto más. Cállense todos! (Tira una porcelana al suelo). No más dichos de Mamá. Que abran sus ojos. Miren el daño que están haciendo.

LUCIANO: Si yo fuera supersticioso, diría que hay un espanto en la casa.

ALIRIO: Yo diría que es Mamá, tratando de decirnos algo.

DOÑA V: Si, aquí estoy!

RUBIELA: Qué vergüenza! Míranos aquí peleando en el aniversario de su muerte, y ella nos dijo que debemos ser unidos siempre.

DOÑA V: Sí, así tiene que ser!

ALIRIO: Ojalá no esté viendo cómo se está desbaratando su familia.

RUBIELA: Y su pueblo.

LUCIANO: De todos modos qué podemos hacer nosotros? Todo está deshecho. Cuando veo a Lucio casi no me habla. El no va a tomar consejo de mi y yo con qué autoridad se lo voy a dar?

ALIRIO: La mamá de Vita está tan brava conmigo y Vita está tomando su lado. Ella no se acerca a mi. Como voy a ayudarla ahora?

RUBIELA: Y en el colegio los estudiantes me han desautorizado. Ya no creen que soy capaz de manejar el colegio. Los padres de familia están hablando de volverlo un colegio militar. Es que he estado demasiado ausente. Ya es demasiado tarde para ayudarles.

 

 

 

ACTO III

 

Primera Escena

 

En el cielo

 

DOÑA V: (Suplicando al cielo, llorando) Ayúdame, por favor. No tengo otra alternativa que volverme al Concurso en lo Alto. Yo sé que están muy ocupados pero les suplico. Uds. son mi último recurso. Yo soy una alma sencilla. Como madre, no sabía educar bien a mis hijos. Hice lo que pude. Pero se me pasó por alto decirles muchas cosas. No sabía darles una base moral muy sólida. Traté de darles buenos consejos, pero ya sé que no era suficiente. Aunque yo sabía de esa repugnancia, Doña Necesidad y su manada de vanas imaginaciones, jamás se me ocurrió hablarles de estas cosas y advertirles. Por eso ahora mi familia y todo el pueblo está en grave peligro. Por favor, ten piedad de mí, de mi familia y de mi pueblo. (Sigue llorando)

 

(Pasa un espíritu en bicicleta y deja un decreto en manos de DOÑA VITALIA. Ella lo lee, mira hacia arriba y se tira de rodillas)

 

DOÑA V: Gracias! Gracias!

 

 

 

Segunda Escena

 

Rancho Flojo

 

Están LEO, TEO y CLEO en las hamacas y DOÑA N. en el sofá comiendo bombones. Entra DOÑA V.

 

DOÑA N: Ay, mijitos, qué dulce es la victoria. Como mil bombones. (Se oye el timbre) Alguien está en la puerta. Quién llega aquí? Doña Vitalia! Qué sorpresa.

DOÑA V: Doña Necia, llegó su mala hora (Le entrega el decreto)

DOÑA N: Qué es esto? El certificado de nacimiento de tus hijos? La escritura de tu casa? O una simple tarjeta de amor y amistad?

DOÑA V: Léalo.

DOÑA N: Decreto del Consejo Superior del Concurso en lo Alto (Hace mueca a DOÑA V.) A constar: Desde este momento se ordena el cierre del Rancho Flojo y el desalojo de sus ocupantes hasta el cumplimiento de este mandato: La Sra. Necesidad y sus tres hijos están ordenados a cumplir lo siguiente: A saber: Primero, La antes mencionada tiene la responsabilidad de crear necesidades afectivas en los nietos de la Sra. Vitalia. Sus tres proles tienen la obligación de inspirar ideas positivas en los hijos de la Sra. Vitalia para apoyar a los nietos de la misma. Esto con el fin de asegurar el saneamiento de esta familia y de su pueblo, respectivamente. Hasta que no esté cabalmente cumplida la ordenanza, el Rancho Flojo permanecerá sellado oficialmente por el Consejo Superior del C.E.L.A. (Tira el decreto al suelo) Carachas!

TEO: Mami, qué significa esto?

DOÑA N: Mucho más trabajo y menos diversión.

DOÑA V: Sigue leyendo. (Recoge el decreto del suelo) Mi persona ha sido nombrada jurado oficial. Si no estoy completamente satisfecha con su trabajo, Uds. seguirán en la calle. (Sacude las tres hamacas. LEO, CLEO y TEO se caen al suelo) Vamos. Tienen una gran tarea por delante. (Corretea a DOÑA N, LEO, CLEO y TEO. Coloca en la entrada una cinta que dice: Sellado por Consejo Superior del C.E.L.A.)

LEO: Mami, dónde vamos a dormir?

DOÑA N: No vamos a dormir, idiota, hasta que no terminemos con esto.

DOÑA V: Así es. No más bombones, no más chismes, no más travesuras hasta que no arreglen a mi familia. Hasta que mis nietos no sientan la necesidad de estar unidos con sus padres y hasta que sus padres no les den todo su apoyo, Uds. no pueden volver aquí. No más vanas imaginaciones, no más ociosas fantasías. Mientras Uds. están trabajando van a desocupar su bodega y quemar toda esa basura.

CLEO: Mami, son nuestros juguetes.

DOÑA N: No te preocupes. Todo esto es muy fácil fabricar de nuevo.

DOÑA V: Y no vayan a hacer trampas. Sabe muy bien, Doña Necia, que con el Concurso en lo Alto no puede jugar. (Salen todos)

 

 

 

Tercera Escena

 

En la plaza.

 

Están reunidos MARIA y VITA. Entra LUCIO.

 

LUCIO: Eh, chicas. Qué hacen? Por qué estas caras? Maria, qué le pasa?

MARIA: Nada.

VITA: Es que José salió de la cárcel. Ya viene por acá.

LUCIO: Bueno, debes estar feliz. Mira, ya viene. (Le da la mano) José, mano. Qué bien que te soltaron. Qué tal fue en la cárcel?

JOSÉ: Mal, mano. No lo recomiendo. La comida más fea y unos tipos más burdos. No quiero volver allá más nunca. Para salir me tocó pagarles todo lo que había ganado. Ojo, Lucio. Me parece que la ley te está buscando a ti también.

VITA: Lucio, hay que tener cuidado! Tal vez Tío Luciano te puede esconder hasta que pase el peligro.

LUCIO: El no sabe nada de mí, ni se preocupa. Yo no lo necesito.

JOSÉ: Qué te pasa, Vita, te ves mal. Estás muy acabada.

MARIA: La droga la tiene así.

LUCIO: Cómo? Pensé que era... otra cosa. Vita, tú estas usando también? y Tío Alirio sabe?

VITA: No. El no pasa en la casa. Siempre está con la otra.

LUCIO: Y tu mamá?

VITA: Ella pasa todo el tiempo maldiciendo a mi papá. Sus problemas son más grandes que los míos.

LUCIO: Vaya, Vita. Yo te ayudo, entonces.

VITA: Tú! Si yo tengo un problema es por tu culpa!

LUCIO: Vita, yo no sabía que tú estabas metida en esto. Nunca te hubiera dejado hacerlo. Lo siento.

MARIA: (A Jose). Estoy feliz que saliste rápido de la cárcel.

JOSE: No tan feliz como yo.

MARIA: Porque estoy embarazada.

JOSE: Qué?!

MARIA: Apenas supe hoy.

JOSE: Y tus papás?

MARIA: Están furiosos. Dicen que no me van a ayudar. Tal vez los tuyos nos ayudarán.

JOSE: Ja! Ellos no me hablan. Me dicen "degenerado". No importa. No los necesitamos. Vamos a casarnos.

MARIA: Pero cómo?

 

(Entra DOÑA NECESIDAD)

 

DOÑA N: Oosh! que oficio tan desagradable! (Empieza a regar escarcha encima de LUCIO, VITA, JOSE y MARIA) Creando necesidades que benefician. Amor y afecto, Yek! Esto es para los bebes. A mí me gusta crear necesidades maduras y apremiantes, como por ejemplo, de tener una licuadora, un televisor de 40 pulgadas, un viaje a Europa, muchos admiradores y sirvientes. No hay como una buena ilusión, creando cada vez más intriga, escándalos y tragedias. Esa gente tiene sus telenovelas. Yo tengo las mías. (Hace mueca a los nietos de Doña Vitalia. Tira la bolsa de escarcha por su hombro, sale)

VITA: Sabes, Lucio. Yo voy a hablar con mi papá. Una vez me dijo que yo era su tesoro. Tal vez si le recuerdo de esto, tal vez si le digo que lo quiero. Tal vez ... es que lo necesito.

LUCIO: Te acompaño. Todos deben estar allí reunidos en la casa todavía. De pronto voy a hablar con mi papá también. Jose, Maria, que van a hacer? Vengan con nosotros. Tal vez la Tía Rubiela puede hacer algo por Uds. (Salen todos)

 

 

 

Cuarta Escena

 

La Casa de Doña Vitalia

 

Estén reunidos RUBIELA, LUCIANO y ALIRIO en las mismas posiciones que antes.

 

LUCIANO: Así es. Ya no hay nada que se pueda hacer.

ALIRIO: Todo está deshecho.

RUBIELA: Todo.

 

(Entra DOÑA VITALIA, DOÑA NECESIDAD, CLEO, LEO y TEO. DOÑA N y DOÑA V miran desde dos extremos, mientras CLEO, LEO y TEO soplan burbujas a lo hijos de Doña Vitalia)

 

CLEO: Ay, qué ridículo. Tener que aportar ideas constructivas me da nausea.

TEO: Si, y a mí me marea todo esto de pensar en el bien común y trabajar juntos. Yek!

LEO: Mi especialidad es ansia de poder y yo quedo nulo aquí. Qué Asambleas, qué consultas. Parece que me va a estallar la cabeza.

DOÑA N: (Reuniendo a LEO, CLEO y TEO) No se preocupen, hijitos. Ya que terminamos aquí, podemos volver a nuestro oficio normal, (mirando a DOÑA VITALIA) pero tenemos que buscar otro pueblo. De todos modos me aburre con estos peces pequeñitos. Vamos a buscar un pez más grande. En el próximo pueblo vive el director del noticiero local. Vamos a hacer fiesta con él. Así, todo el pueblo va a ser nuestro.

 

(Entran VITA, LUCIO, MARIA, y JOSE)

 

VITA: Papí, tengo un problema y necesito tu ayuda.

ALIRIO: Si, querida, ya sé. Y voy a estar a tu lado hasta que salgas de este problema. De ahora en adelante todo va a ser diferente. Vamos a volver a ser una familia unida. No te preocupes.

LUCIO: Papá, también tengo un problema.

LUCIANO: Ya sé, hijo. Estamos en esto juntos y vamos a salir de esto juntos. No importa más nada. Puedes contar conmigo.

JOSE: Profesora Rubiela, Maria y yo, tenemos un problema y no tenemos quien nos ayude. Pensamos que tal vez...

RUBIELA: Por supuesto, aquí estoy para Uds. A partir de hoy voy a dedicarme tiempo completo al colegio y asegurar que todos mis alumnos estén bien. No tengan miedo. Si estamos aquí, ayudandonos unos a otros, ningún problema nos podrá vencer.

 

(Todos se abrazan)

 

DOÑA N: Qué conmovedor.

CLEO: Qué patético.

LEO: Qué meloso.

TEO: Qué asco.

 

(Salen DOÑA N, LEO, TEO, y CLEO)

 

DOÑA V: Qué felicidad! Mi familia está unida de nuevo. Y toda esta experiencia les sirvirá de mucho. De ahora en adelante serán mucho más sabios. Creo que ahora podré echarme una pequeña siesta, unos minutos, no más. (Se sienta en la escalera y queda dormida)

ALIRIO: Hermano, cuando mamá dijo que debemos ser felices, no te parece que se estaba refiriendo a esto, lo que descubrimos hoy?

LUCIANO: Si, a lo mejor la felicidad es esto. Pero qué difícil fue encontrarla!

RUBIELA: Qué cosa, todos tratamos de buscar la felicidad por un lado u otro, pero con cada esfuerzo se alejaba más.

ALIRIO: Si, como era este dicho de Mamá?, "es como atajar chivo".

LUCIANO: O amarrar el arco iris.

RUBIELA: O alcanzar el horizonte.

ALIRIO: Querida Mamá, que descanses en paz

 


FIN

 

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